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Cómo protegerse de los rayos UV y evitar el cáncer de piel

Las temperaturas extremas han llegado, necesitas cuidar más que nunca tu piel y tu organismo. La exposición al sol puede dejar de ser saludable si no se siguen las recomendaciones de los expertos.

Casi todos los tipos de cáncer de piel, salvo excepciones, son causados por la exposición a los rayos ultravioleta (UV), provenientes tanto de la luz solar como de camas bronceadoras. Por eso es necesario tomar ciertas precauciones al momento de exponerse. 

Hay diversos factores que pueden hacer que la exposición de la piel a los rayos UV sea más riesgosa, sobre todo en esta época del año donde hay que intentar no estar al sol entre las 11 am y las 4 pm. 

Generalmente se cree que hay que usar protección solar cuando estamos en la piscina o en la playa, pero la exposición solar es acumulativa y da igual dónde uno se exponga a los rayos solares.

Hay algunas precauciones que puedes tomar para protegerte. La American Cancer Society utiliza una frase que se resume en cuatro palabras: “¡Póngase, úntese, colóquese y use!”

¡Póngase una camisa!
¡Úntese bloqueador solar!
¡Colóquese un sombrero!
¡Use lentes de sol para proteger los ojos y la piel alrededor de éstos!

Es importante proteger su piel con ropa: camisas de manga larga, pantalones largos y también faldas que tapen las piernas. Al contrario de lo que se cree, los colores oscuros generalmente proveen más protección que los colores claros. Las telas con un tejido más tupido ofrecen una mejor protección que las telas con un tejido más suelto. Asimismo, la ropa seca generalmente protege mejor que la ropa mojada. 

Considera al protector solar como parte de su plan de protección del cáncer de piel, sobre todo si no dispone de sombra y ropa protectora como sus primeras opciones. Los bloqueadores solares están disponibles en muchas formas (lociones, cremas, ungüentos, geles, aerosoles, toallitas y bálsamos labiales, por nombrar algunos). Es importante el factor de protección solar según el tipo de piel (FPS) pero recuerde que no existe ninguno capaz de bloquear los rayos UV por completo.

Luego de la exposición, es importante aplicar lociones nutritivas para hidratar la piel o regenerarse en caso de que haya sido dañada. Pero recuerda que lo principal es usar bloqueador, de nada sirve intentar reparar el daño si lo has usado antes. 

Los rayos solares también traspasan las ventanas de las casas y los vidrios de los automóviles. Los cristales polarizados pueden ser útiles para que el impacto sea menor. 

La protección de niños y bebés merece un párrafo aparte: por pasar más tiempo al aire libre, se pueden quemar más fácilmente y tampoco se dan cuenta del daño. Todo lo dicho anteriormente aplica para los niños. Y también a medida que crecen hay que irlos educando en este sentido, para que sepan el daño que puede causar la exposición extrema al sol.

Los bebés menores de seis meses no deben estar expuestos bajo ninguna forma a la luz solar y deben protegerse con sombreros y ropa. El bloqueador solar es recomendable para partes del cuerpo que no pueden ser tapadas con ropa. 

Sabemos que es muy lindo estar bronceado, pero recomendamos hacerlo en forma natural, paulatina y en las horas permitidas. Recuerda que la mayoría de los médicos y organizaciones de la salud no recomiendan el uso de las camas bronceadoras ni las lámparas de sol.

En una época con temperaturas extremas hay que extremar los cuidados. Hidratarse en forma permanente, evitar golpes de calor, comer más liviano incorporando mucha fruta y verdura y disfrutar del verano sin que tu organismo y tu piel padezcan las consecuencias.


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Fuente:
American Cancer Society