Covid-19

Once mitos sobre la vacuna contra el COVID-19

Esquiva la falsa información y descubre por qué necesitamos vacunarnos.

Rumores y desinformación llenaron las redes sociales luego de que las vacunas de Pfizer y Moderna fueran aprobadas por la FDA. Componentes preocupantes, riesgos de infertilidad y alteraciones genéticas estaban entre las versiones más difundidas de Internet. Ninguna de ellas es cierta y te contamos las razones.

1.- El ARN mensajero de la vacuna produce alteraciones genéticas.
Las vacunas con ARN mensajero son un nuevo tipo de desarrollo. No alteran nuestro ADN ni interactúan con él, sino que le enseñan a nuestro cuerpo cómo fabricar una proteína que desencadena una respuesta inmune en nuestro cuerpo, generando anticuerpos.

2.- La vacuna produce infertilidad
Se ha difundido en redes sociales que la respuesta inmune que se desarrolla con la vacuna ataca a la proteína involucrada en la formación de la placenta. Esto es falso. Las personas que se han infectado y desarrollado anticuerpos, siguiendo esta teoría, también deberían padecer problemas de fertilidad. No hay ningún tipo de evidencia al respecto.

3.- La vacuna está hecha con células de fetos
Las vacunas aprobadas por la FDA y desarrolladas por Pfizer y Moderna o están hechas a partir de tejido fetal.

4.- No puedes vacunarte si tienes alergia al huevo
Ni el huevo ni sus derivados se emplean en el desarrollo de las vacunas, por lo que son perfectamente seguras para personas con estas alergias. Tampoco se utilizan condones o látex.

5.- Una dosis es suficiente
Siempre se necesitan dos dosis de la vacuna. La primera permite que el sistema inmune pueda reconocer el virus, mientras que la segunda fortalece la respuesta inmune del organismo.

6.- Luego de recibir la vacuna, el resultado en un test viral es positivo
Ninguna de las vacunas autorizadas en Estados Unidos contienen el virus vivo que causa el COVID-19, por lo que es imposible un resultado positivo en un test viral.

7.- No es necesario vacunarse si ya se ha tenido COVID-19
Existen riesgos asociados a re-infectarse con COVID-19, por lo que la vacuna es necesaria. La inmunidad natural y la inmunidad inducida son importantes y siguen siendo estudiadas por los expertos.

8.- No hay sitios oficiales con información confiable sobre la vacuna.
Tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (Centers for Disease Control and Prevention – CDC) tienen información disponible al respecto. En la web de la OMS puedes encontrar una serie documental con 27 capítulos de cinco minutos cada uno.

9.- La vacuna contra el COVID-19 provoca COVID-19.

Ninguna de las vacunas contiene una cepa viva de COVID-19, por lo que no se puede contraer la enfermedad por la vacunación.

10.- El desarrollo fue apresurado y la vacuna es insegura.
El desarrollo de las vacunas no suele ser rápido, ya que hay que resolver problemas de financiación y burocracia. Esto hace que las fases de prueba sean más largas. Debido a la pandemia, estos obstáculos se han eliminado para que todas las pruebas se realicen con mayor rapidez, pero siempre siguiendo procesos rigurosos controlados por profesionales. No se ha omitido ningún paso en el desarrollo seguro de la vacuna.

11.-La vacuna Covid-19 provoca graves efectos secundarios.
Todas las vacunas generan una respuesta inmunitaria en el organismo, que puede provocar efectos secundarios leves, los cuales se resuelven en días. Las personas con reacciones alérgicas deben informar al personal médico para que se pueda discutir la mejor opción. A su vez, las reacciones graves se desarrollan en los primeros 15 minutos tras la aplicación, por lo que siempre se pedirá a los pacientes que esperen esos 15 minutos en el centro de salud por su seguridad.

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